Mira hacia atrás, y ríete de los peligros pasados. Mira hacia delante y ríete de los peligros por venir. Porque si logras que pasen sin tumbarte, verás que no eran tan fieros. Y si te tumban definitivamente, estarás descansando y no habrá ya peligro que pueda inquietarte. Ríete de los peligros, lo más que pueden hacer es matarte. Pero nunca podrán quitarte el gustazo de morir sonriendo.